Partiendo de imágenes en las que aparecen elementos que nos son familiares o cercanos, Sofía González pretende una aproximación a la pintura que recuerda a lo dibujístico por lo lineal y por la manera de “colorear” la superficie pero sin perder esa cualidad pictórica que la diferencia del dibujo en sí.
El uso de patrones, cuadrículas o formas que se repiten en combinación con elementos neutros y simples pretende crear un contexto en el que esa simplificación de la imagen sirva de pie para dar lugar a lecturas más complejas que disten de lo narrativo.